Psicólogo en Elche. Entrenamiento en resolución de problemas

La resolución de problemas es una habilidad vital en la vida cotidiana. Desde enfrentar desafíos personales hasta superar obstáculos en el trabajo, todos nos encontramos con situaciones que requieren una solución efectiva. ¿Alguna vez te has sentido abrumado por un problema sin saber por dónde empezar? Si es así, este artículo te resultará de gran interés.

En el campo de la psicología, dos destacados expertos, Thomas D’Zurilla y Marvin Goldfried, han desarrollado un enfoque que tiene por objetivo ayudarnos a identificar y resolver los problemas actuales de la vida que son antecedentes de respuestas desadaptativas y, al mismo tiempo, caso de ser necesario, enseñarnos habilidades generales que nos permitirán manejar más eficaz e independientemente futuros problemas.

A lo largo de este artículo, exploraremos en profundidad el enfoque de D’Zurilla y Goldfried, sus fundamentos y cómo puede beneficiarnos en la vida diaria. Descubriremos las estrategias clave que nos permiten abordar problemas con una mentalidad centrada en soluciones y aprenderemos a aplicar estos conceptos en diferentes aspectos de nuestras vidas.

El proceso de resolución de problemas consta de dos componentes esenciales:

  1. Orientación o actitud frente a los problemas: se centra en nuestra actitud general hacia los desafíos que enfrentamos. Implica cómo percibimos y nos relacionamos con los problemas que surgen en nuestra vida.
  2. Habilidades básicas para la resolución de problemas: se enfoca en las capacidades prácticas necesarias para abordar eficazmente los problemas. Incluye la definición y formulación del problema, generación de soluciones alternativas, toma de decisión, y aplicación de la solución y comprobación de su utilidad.

Pasos a seguir para el entrenamiento en resolución de problemas

Paso 1. Orientación o actitud hacia los problemas.

La orientación hacia los problemas se refiere a nuestra actitud general frente a los desafíos de la vida y afecta nuestra capacidad para abordar y resolver problemas de manera efectiva. Sus componentes clave son:

  1. Percepción del problema: Reconocer los problemas cuando surgen, evitando minimizarlos o negarlos. No solo centrarse en las consecuencias negativas, sino identificar la causa subyacente.
  2. Atribución del problema: Las explicaciones que damos a los problemas. Atribuciones negativas pueden llevar a sentirse incompetente, mientras que atribuciones adaptativas ven los problemas como parte normal de la vida y reconocen factores modificables.
  3. Valoración del problema: Cómo percibimos el problema. Puede verse como una amenaza que genera ansiedad o como un desafío y oportunidad de aprendizaje. Cambiar la percepción de amenaza puede ser útil.
  4. Control personal: Creer que el problema es resoluble y tener confianza en la propia capacidad para resolverlo. La falta de autoconfianza lleva a la ansiedad y la búsqueda de ayuda externa.
  5. Compromiso de tiempo y esfuerzo: Estimar con precisión el tiempo y esfuerzo necesarios para resolver un problema y estar dispuesto a dedicarlos. Evitar los problemas o depender de otros para resolverlos ocurre cuando estas probabilidades son bajas.

La persistencia es importante, pero si los esfuerzos iniciales no funcionan, se puede optar por cambiar la perspectiva o buscar ayuda.

Utiliza las siguientes autoafirmaciones:

  • Toma una respiración profunda y cálmate.
  • No hay catástrofe inmediata.
  • Piensa en este problema como un desafío.
  • Puedo afrontarlo.
  • Detente y piensa.

Paso 2. Definición y formulación del problema.

Cuando se tienen múltiples problemas, es esencial priorizar cuál abordar primero según factores como gravedad, malestar, preferencias del cliente, dependencia entre problemas y facilidad de resolución. La definición precisa del problema es fundamental, ya que una formulación incorrecta dificulta encontrar soluciones adecuadas. Además, resolver problemas menores puede aumentar la motivación y autoestima, facilitando la resolución de problemas más complejos, especialmente en personas poco motivadas o con disforia acentuada.

Los pasos para lograr esto incluyen la recopilación de información detallada, ser específico en las descripciones, distinguir entre hechos e interpretaciones, y utilizar la repetición imaginal (imaginar el problema en primera persona y después como observador). Además, se busca comprender el problema al identificar las condiciones actuales, los cambios deseados y los obstáculos que impiden una respuesta eficaz. Es crucial determinar si el problema es primario o parte de un problema más amplio. Se establecen metas específicas y concretas, evitando metas poco realistas. Finalmente, se reevalúa la importancia del problema, considerando los beneficios y costos de resolverlo frente a no hacerlo, tanto a corto como a largo plazo. Un problema se puede percibir como una amenaza o un desafío según se destaquen sus costos o beneficios.

Utilizar las siguientes preguntas:

  • ¿Cuál es el problema? Establezca la discrepancia entre «lo que es» y «lo que debería ser».
    ¿Qué quiero conseguir? Establezca una meta.
    ¿Por qué quiero conseguir esta meta? Amplíe la meta si es apropiado.

Paso 3. Generación de soluciones alternativas.

Your Content Goes HereEn este punto, se busca generar soluciones alternativas al problema. Se aconseja no depender de hábitos antiguos y pensar en enfoques diferentes y no limitarse a ideas convencionales. Las fuertes emociones negativas pueden obstaculizar la generación de soluciones efectivas. Es útil formular las metas de diferentes maneras para fomentar la generación de una amplia variedad de soluciones. Se enfatiza la importancia de ser específico en la descripción de soluciones y la lluvia de ideas para generar muchas ideas, sin críticas. Además, se sugiere clasificar las soluciones por tipo (premiar o castigar una conducta, afrontamiento, evitación, etc.) Si una persona tiene dificultades para generar soluciones, deberá pensar en cómo otra persona resolvería el problema o buscar ayuda de expertos si el problema es grave o complejo.

Utiliza las siguientes acciones:

  • Pensar en una solución.
  • Pensar en otras soluciones alternativas (por lo menos dos o tres).

Paso 4. Toma de decisión.

En este punto, se realiza un proceso de evaluación y selección de las posibles soluciones generadas anteriormente. Los pasos involucrados en este proceso son los siguientes:

  1. Criba Preliminar: Se realiza una revisión de las soluciones, descartando aquellas que conllevan consecuencias claramente negativas o que son inviables debido a la falta de habilidades, recursos u otros obstáculos.
  2. Anticipación de Resultados: Se identifican y describen las principales consecuencias de cada solución, teniendo en cuenta aspectos positivos y negativos a corto y largo plazo, tanto a nivel personal como social. Esto ayuda en la evaluación posterior.
  3. Evaluación de las Soluciones: Se juzgan y comparan las diferentes soluciones alternativas. Se pueden utilizar métodos cuantitativos (puntuar las posibles soluciones) para valorar ventajas e inconvenientes de cada opción. La solución con la puntuación global más alta se considera la más adecuada.
  4. Elección de un Plan de Solución: Después de la evaluación, se plantean tres preguntas clave: ¿Hay una solución satisfactoria? ¿Necesito más información antes de tomar una decisión? ¿Qué solución o combinación de soluciones debo seleccionar? Si no existe una solución satisfactoria, se puede volver a la fase de definición del problema o buscar ayuda. Si hay una solución adecuada y no se necesita más información, se procede a elaborar un plan de solución.
  5. Elaboración del Plan de Acción: Se establece cómo se llevará a cabo la solución elegida, respondiendo a preguntas sobre qué hacer, cuándo, cómo, con quién y con qué frecuencia. Además, se anticipan posibles obstáculos y se planifican estrategias para superarlos.

Es importante recordar que la toma de decisiones puede ser pospuesta debido a factores como normas demasiado elevadas, miedo al error o la búsqueda excesiva de seguridad. Se pueden abordar estas barreras a través de la reestructuración de creencias, la definición de límites de tiempo y la implementación de la solución seleccionada. Finalmente, es conveniente revisar todo el proceso al día siguiente para asegurarse de que se ha tomado la mejor decisión.

Utiliza las siguientes acciones:

  • Pensar en los criterios más importantes para evaluar sus posibles soluciones (por lo menos dos o tres) .
  • Ejemplos: ¿Conseguiré mi meta? ¿Qué efecto tendrá en otros? ¿Cuánto tiempo y esfuerzo llevará? ¿Algún otro criterio importante?
  • Decidir qué solución alternativa es la que parece mejor.
  • Pensar en uno o dos modos rápidos de mejorar la solución.

Paso 5. Aplicación de la solución y comprobación de su utilidad.

Después de elaborar el plan de acción, se procede a su implementación y evaluación de su efectividad con los siguientes pasos:

  1. Aplicación de la solución: Se lleva a cabo la solución diseñada, enfrentando posibles obstáculos inesperados, tanto ambientales como personales. Si se encuentran impedimentos, se busca superarlos o se considera una alternativa más eficaz.
  2. Superar la Postergación: Algunas personas tienden a posponer la acción. Para abordar la postergación se debe analizar los motivos existentes, evaluar los pros y contras de posponer versus actuar, reemplazar pensamientos negativos por otros orientados a la tarea y adoptar un plan de acción que incluya comenzar a actuar incluso cuando la motivación es baja.
  3. Autorregistro: Se recomienda observar y registrar la implementación de la solución y los resultados obtenidos, utilizando medidas apropiadas y, si es posible, creando un gráfico para visualizar el progreso.
  4. Autoevaluación: Después de aplicar la solución durante un período suficiente, se evalúan los resultados utilizando los mismos criterios y procedimientos utilizados previamente para juzgar cada solución. Según los resultados, se puede seguir con:
    • Autorreforzamiento: Si los resultados coinciden con lo esperado, se puede recompensar a uno mismo y experimentar satisfacción.
    • Averiguación y corrección: Si hay una discrepancia insatisfactoria entre los resultados y las expectativas, se considera la precisión de los datos, la ejecución de la solución y la búsqueda de señales de cambio. Si no se encuentra una solución, se vuelve al proceso de resolución de problemas, se ajustan metas, se exploran nuevas soluciones, o se busca ayuda de personas más expertas.

Esta fase es esencial para determinar la eficacia de la solución implementada y tomar medidas para lograr los resultados deseados.

Utiliza las siguientes acciones:

  • Llevar a cabo la solución.
  • ¿Está satisfecho con el resultado?
  • Si no lo está, pruebe su segunda elección si todavía tiene tiempo de afrontar el problema.

*Texto elaborado a partir del manual “Resolución de problemas” (Bados y García-Grau, 2014)

Ejemplo práctico

Pablo se siente con mucha ansiedad durante el último mes. Tiene mucho trabajo y le han asignado más tareas en su labor como comercial.

Paso 1. Actitud hacia los problemas

Pablo analiza cómo se siente y lo relaciona con la carga añadida de trabajo, ya que otros aspectos de su vida no han variado.

Pablo asume el problema como algo que puede tener una solución si estudia las diferentes opciones que dispone para abordarlo.

Paso 2. Definir el problema

Pablo define su problema como “Exceso de carga laboral” y decide que quiere reducir esa carga al nivel anterior ya que siente que anteriormente ya cumplía con su labor de forma excelente y rindiendo al máximo. Entiende que aumentar sus tareas no es un reto asumible.

Paso 3. Generar posibles soluciones

Pablo escribe tres posibles soluciones desde su perspectiva. Además, añade dos posibles soluciones pensando en cómo lo haría su pareja ya que lo conoce bien.

  1. Me callaré y me daré más prisa trabajando.
  2. Le diré al jefe que presento mi dimisión con cualquier excusa.
  3. Haré una lista con los motivos que tengo para demostrar ante mi jefe que mi trabajo ha sido excelente y que no puedo asumir más tareas.
  4. Dejaré de lado tareas poco importantes a costa de que algún día se den cuenta.
  5. Denunciaré a la empresa.

Paso 4. Tomar una decisión

Pablo valora los pros y contras de cada posible solución y las puntúa en una escala
(1. muy mala, 2. mala, 3. regular, 4. buena, 5. muy buena).

Finalmente, elige la solución número 3 con una valoración “muy buena”.

Decide que irá creando una lista de motivos para defender su postura ante su jefe. Mientras, hará lo que pueda en su trabajo.

En caso de que falle la elección, como segunda opción ha elegido la número 5 con una valoración “buena”.

Paso 5. Aplicar y comprobar la solución

El día anterior a la cita con su jefe, Pablo realiza un poco de ejercicio al terminar su trabajo y después a cenar con su pareja. Sabe que estas actividades le ayudarán a estar más relajado para afrontar la reunión del día siguiente.

Al día siguiente, su jefe escucha sus motivos y se disculpa, indicando a Pablo que es un buen trabajador y que simplemente pensaba que podría asumir nuevas tareas. Pablo sale de la reunión y se felicita con frases como “He defendido mis derechos muy bien”, “He sido honesto al valorarme y respetar mis derechos”.

Lectura recomendada sobre la resolución de problemas:

Psicólogo en Elche. Entrenamiento en resolución de problemas

Título: Cómo resolver conflictos.

Autor: Matthew McKay y Patrick Fanning.

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